Nuestra batalla

Ya notas el calor de mis manos recorriendo tu piel

que te embriaga primero, y te seduce después.

Piensas que esto terminará en un instante,

calma, coge aire, intenta relajarte …

porque ahora siento tu agitada respiración,

que me llena de vida, fuego, alma y pasión.

Llegando al final, estamos temblando,

nuestros cuerpos se unen sin poder evitarlo.

Sigue la lucha, sigue la tensión,

estamos perdidos, fuera de control.

Al fin todo termina, como una batalla sin legión,

en la que no hay guerra ni un perdedor.

Te quedas dormido, pareces un niño,

Yo no hago ruido, tan sólo te miro…

Porque mientras seguiré,

en tu cama esperando…

A que vengas por mí,

en el próximo asalto.