...Me encantaba reírme bien alto, sin importarme lo que los demás dijeran de mí.
Ya estaba total y profundamente enamorada.
Cada día era algo nuevo, nuevas ilusiones y expectativas, poniendo el máximo esfuerzo en todo lo que hacía.
Los dejé a todos impresionados.
Tuve un verano increíble.
Dejé de hacer aquello que odiaba y empecé a hacer eso que tanto me gusta.
Hice un viaje que me encantaría repetir.
Escuchaba buena música.
Pasé la mejor noche en vela de mi vida.
Me costó mucho trabajo, pero saqué adelante el curso.
Tenía unas buenas amigas, que todavía conservo.
Creo que en resumen…era feliz.”
Porque cuando eche la vista atrás hacia mis 23 años…así es como quiero recordarlos.